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Inconclusos
A veces ni los recuerdas. Solo están ahí, intentando hacerte sentir, una vez más, una serie de sentimientos desafortunados, incongruentes. Pero aún lo intentas.
A veces ni los recuerdas. Solo están ahí, intentando hacerte sentir, una vez más, una serie de sentimientos desafortunados, incongruentes. Pero aún lo intentas.
¡Ya que importaba quemarme, un cáncer de piel o las pecas que me saldrían después! Ese sol de las 4 me revivió al punto de hacerle un pequeñito baile privado que le regalé casi como ofrenda.
¿Y Dios? Sigue siendo una excusa. Una mirada a las religiones y al mundo. Si Dios está en nuestro interior, es más humano que nosotros mismos.
Más que ser personas alentadoras, interesantes y que pudieran cultivar algo bueno, solo traían dudas innecesarias, incertidumbre, y miedo. Esas son las personas tóxicas que he eliminado de mi vida. Y este fue el resultado.
En un mundo cada vez más cambiante, nuestro entorno puede hacernos cambiar la forma en la que nos vemos. Un recuerdo de mis días grises, cuando parecía que la luz se había acabado.
¿La paz? Ahora solo es una ciudad boliviana y no existe más otros conceptos. Una prosa dedicada al mundo que ha sufrido, sufre y seguirá sufriendo.
Escribir después de mucho, resulta magnífico, ¿sabes? Es casi como una planta de esas hermosas, que se apagan y pierden color cuando no tienen luz ni agua, pero al primer sorbo, resucita victoriosa: le ha vencido a la muerte.
La soledad es necesaria para casi todo. Aprender a aceptarla, es un paso a lo mejor que te podría pasar en la vida.
Llega cierta edad en la que pensar en ser mamá empieza a cobrar más sentido e importancia. Una edad en la que afloran más preguntas y temores que respuestas y optimismo.
Poca gente realmente es consciente de lo que esto implica, pero en el caso de quien escribe, sea por los motivos, por los que lo haga, debe tener siempre en claro que involucra de gran rigurosidad.